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Introducción

La estabilidad en el noreste asiático (NEA), definido como el área al norte del mar de China y adyacente al océano Pacífico, involucra a múltiples países cuyas interacciones afectan la seguridad internacional. China, Japón, Corea del Norte y Corea del Sur son actores principales en la región, con la participación de Estados Unidos y Rusia a nivel estratégico. En las últimas seis décadas, el NEA ha sido un foco importante de tensiones globales debido a la convergencia de potencias que influyen en el orden mundial.

Como respuesta a las amenazas y situaciones presentes en la región, los surcoreanos han generado distintas estrategias de contención, enfrentamiento o diplomacia, reflejadas a través de su política exterior. Ella es entendida como una herramienta que facilita las relaciones entre Estados y a través de la cual se crean mecanismos de contención o de empoderamiento. La República de Corea como un Estado con capacidades limitadas, podría considerarse como un país sin mucho peso para definir la estructura del sistema regional, pero se encuentra vinculada en uno de los conflictos que definen la seguridad del subcomplejo, es decir la inestabilidad en la península producto de la ultramilitarización norcoreana.

El periodo presidencial de Lee Myung Bak, de 2008 a 2013, supuso cambios sustanciales tanto en el espectro interno como en el panorama regional. La constante actividad militar y la nuclearización de Corea del Norte que representó una amenaza a la seguridad nacional de algunos de los Estados del NEA, especialmente Corea del Sur, provocó la renovación de su política exterior. Su enfoque conservador generó tensiones con actores regionales, reflejando un cambio en las relaciones de seguridad en el NEA. Su política estuvo caracterizada por buscar ser parte del escenario internacional, a través de un enfoque multidireccional, intentando influenciar de manera directa o indirecta la seguridad y estabilidad del NEA. También amplió su agenda de seguridad hacia otros ámbitos, al incluir algunos temas no convencionales, es decir una política multidimensional.

El presente trabajo de investigación pretende explicar la correspondencia de estos elementos en la estructura regional. La hipótesis que intentará sustentar este trabajo de investigación es que la política exterior del presidente Lee Myung Bak debilitó la seguridad de Corea del Sur en el Noreste Asiático, puesto que su enfoque multidireccional y pragmático provocó un aumento del grado de amenaza que suponía Corea del Norte.

Desarrollo

La seguridad es un concepto clave para las Relaciones Internacionales y existen diversas interpretaciones de lo que implica. La tradición realista y por ende, la perspectiva neorrealista considera la soberanía como un elemento fundamental para los Estados, ya que les brinda la capacidad de decisión por encima de cualquier otro ente y los ubica en igualdad legal frente a sus iguales (Jackson y Sorensen, 2010, p. 75). Desde la perspectiva de Morgenthau, por ejemplo, el concepto implica la defensa de la integridad tanto del territorio nacional como de las instituciones (Pérez Gil, 2000, p. 213). De acuerdo con Velázquez y González (2014), la seguridad de manera tradicional contempla la ausencia de amenazas tanto internas como externas, que puedan dañar la estructura de los Estados en cualquier nivel o ámbito (p. 220). Al final, todas estas interpretaciones comparten una visión tradicionalista en el ámbito de las Relaciones Internacionales.

El concepto de política exterior de acuerdo con Pearson y Rochester (2000) es el conjunto de procesos, prioridades y preceptos dictados por el gobierno nacional para establecer las bases de comportamiento de los Estados en el sistema internacional (p. 113). Es a través del modelo racional donde los gobiernos nacionales generan estrategias con base en metas y objetivos (Mingst, 1947, p. 119). La política exterior en este espectro es entendida en términos del interés nacional (Sarquis, 2005, p. 181) y con el fin de mantener la seguridad, tanto territorial como militar (Rothgeb, 1995, p. 37).

El aporte de Barry Buzan y Ole Wæver en en la seguridad cuestiona las propuestas más tradicionales del concepto de seguridad. Estos autores siguen una corriente expansionista, que toman una definición más amplia del concepto, al incluir nociones no consideradas hasta entonces, por ejemplo, “el narcotráfico, el terrorismo, la degradación del medio ambiente, la deuda y la pobreza, entre otros” (Cujabante, 2009, p. 102).

El concepto de la securitización acuñado por Ole Wӕver a finales de los ochenta y principios de los noventa, pero que vio la luz a través del libro Security: A New Framework of Analysis, publicada en 1998 junto con Buzan y con Jaap De Wilde (Verdes-Montenegro, 2015, p. 112), es un aporte recurrente en la concepción de seguridad de dichos autores. Este término ayuda a distinguir si un asunto es considerado simplemente político, o si es “una amenaza para la seguridad” (ibídem, p. 117). La securitización implica urgencia (Buzan et al., 1998, p. 29) y reconocimiento como amenaza en un acto discursivo e intersubjetivo (Verdes-Montenegro, 2015, pp. 117-118), pues no todos los Estados reconocen los temas de la misma manera. Por ejemplo, la disuasión nuclear y el crimen organizado son temas que no generan el mismo efecto en Corea del Sur y en México.

Los autores suponen que el sistema después del colapso de la estructura bipolar de la Guerra Fría da mayor énfasis en las dinámicas regionales, por lo tanto, las potencias a ese nivel toman un mayor auge (Buzan, 1991, p. 435). Para abordar las problemáticas de seguridad en todos los sectores, los autores Buzan y Weaver, en el libro Regions and Powers (2003), desarrollaron la concepción teórica denominada “complejos de seguridad regional”. Dicha teoría intenta explicar el actuar de los Estados dentro de un sistema regional. El enfoque de Buzan y Wæver refuerza el entendimiento de una estructura internacional donde los países son interdependientes con su entorno en temas de seguridad, lo que hace de las regiones una tendencia global. Parte fundamental de esta teoría es que a las regiones cuentan con suficiente tamaño e influencia para poder reflejar aquellas dinámicas globales difíciles de abordar a nivel internacional, pero tampoco limitados a este nivel, pues puede complementarse con el análisis global, interregional y local (Buzan y Wæver, 2003, pp. 8 - 10).

Cuando estos autores hablan del caso particular de Asia, entienden que al ser el continente más grande del mundo, goza de la mayor diversidad cultural, económica y política, por lo que es demasiado grande para ser estudiada como una sola región. Esto permite a los autores hacer una división que agrupa de acuerdo a su similitud geográfica, histórica, pero sobre todo a las relaciones de interdependencia en materia de seguridad. El NEA está categorizado como un subcomplejo de acuerdo con estos autores. Los principales intercambios en el NEA en temas de seguridad regional son desarrollados frente a cuatro temas básicos: 1) el ascenso chino y su influencia en la región que rivaliza con el status quo establecido por Estados Unidos, 2) el rearme japonés frente a la desconfianza histórica de sus vecinos, 3) las disputas territoriales y 4) la agresiva política de autoconservación norcoreana. Dentro de un régimen de seguridad como el que describe Buzan y Wæver (2003), donde las potencias son las que definen el tablero regional, un Estado pequeño como Corea del Sur tiene menores capacidades materiales, pero es a través del desarrollo de sus capacidades no materiales, de generar relaciones estratégicas y pragmáticas, así como de consolidarse como un país estable y en crecimiento, que consigue influir en la estructura regional (pp. 175 - 179).

El presidente Lee Myung Bak, como el tomador de decisión más importante desde 2008 y hasta principios de 2013, fue uno de los principales actores securitizadores de Corea del Sur. Sus propuestas buscaron incrementar las capacidades materiales y no materiales en la República de Corea. “Los conservadores volvieron al poder surcoreano con una propuesta de pragmatismo y promesas de recuperación económica”, como explica Snyder (2009, p.1). Sin embargo, enfrentaron un panorama difícil para su política exterior debido principalmente a tres situaciones. 1) A nivel internacional, la crisis económica y financiera comenzaba a hacer estragos en los mercados mundiales. 2) La estructura en el noreste asiático continuó su evolución, mientras que China como el gigante económico, asentado en un sistema político estable y que comienza a competir a nivel regional; Estados Unidos jugaba sus cartas para mantener la estructura imperante hasta el momento. 3) Los norcoreanos habían comenzado a realizar pruebas nucleares, lo que había alterado a todos los actores en la región. Sin embargo, un espacio tan importante como las Pláticas a Seis Partes tuvo que ser suspendidas en 2007 por desacuerdos entre los países celebrantes.

La doctrina de la política exterior de seguridad propuesta por el presidente Lee Myung Bak, también conocida como Doctrina MB, estuvo sustentada en los puntos que menciona Kim (2008): 1) una diplomacia pragmática basada en el interés nacional y no en la ideología, es decir, que el interés surcoreano sería el principal motor de acción de la política de seguridad por encima de las amenazas o los intereses extranjeros; 2) el énfasis en la “diplomacia asiática”, es decir, aprovechar y mejorar las relaciones con Japón, China, Rusia y la India, así como la cooperación con ASEAN, Australia, Nueva Zelanda y otros países de Asia Central; 3) Corea del Sur como una potencia cultural, es decir, el crecimiento de las capacidades de poder suave a través de la Ola coreana o Hallyu, con aspiraciones a “colocarse en un marco de cooperación cultural competitivo que traiga la reconciliación de los conflictos” (pp. 5 – 15).

A través de la iniciativa “Visión 3000” propone una posicionamiento rígido frente a este peligro. El resumen de dicha propuesta es que, mientras Corea del Norte renuncie a este tipo de armamento, tanto Corea del Sur como el resto de la comunidad internacional lo apoyarían en el desarrollo de su sistema económico, financiero, educativo y de bienestar, que a largo plazo los pueda llevar a una reunificación pacífica (Bechtol, 2010, p. 145).

La reforma de defensa 2020 fue el plan propuesto por el gabinete de Lee para actualizar y modernizar sus fuerzas militares surcoreanas, de tal manera que estuvieran preparados para una defensa nacional independiente. Aunado a esto, una alianza con EE. UU., basada en la amistad, pero a su vez con decisiones independientes de Washington, a través de una cooperative self-reliant defense fue sin duda uno de sus pilares (Lee, 2005, pp. 246 - 249). Es decir, la “búsqueda” de emancipación, reflejada en que las políticas de defensa y guiada por tres principios: 1) la gestión científica, a través de la modernización del sistema de defensa y con la adquisición de armamento más eficiente, así como mejor infraestructura en las tecnologías de la información y telecomunicaciones; 2) la gestión de alto nivel, es decir, mejorar los sistemas de defensa, para así poder reducir el número de fuerzas armadas; y 3) las reformas para economizar, buscando generar mayor efectividad a bajo costo, en la industria de defensa y otros ámbitos (Kim, 2008, pp. 5 - 15).

La propuesta original de la iniciativa 3000 hacia Corea del Norte, tuvo bastantes reacciones negativas por parte de los líderes surcoreanos de importantes organizaciones públicas y privadas, como los Chaebols, dueños de los grandes conglomerados. Hwan Lee (2014) explica que las políticas hardline tuvieron que amoldarse para satisfacer las demandas internas, haciéndolas un poco más flexibles para adecuarse a la demanda económica (sp). Mientras esto sucedía, en julio de 2008, un turista surcoreano fue asesinado por un soldado del ejército de la República Popular Democrática de Corea, en la zona turística del monte Kumgangsan, poniendo en una situación incómoda a la relación bilateral (Pinkston, 2016, pp. 75 - 79). Con la constante presión interna, no resultaba sencillo aplicar las políticas inicialmente propuestas contra el norte.

Corea del Norte también reaccionó de manera negativa ante las propuestas del presidente Lee Myung Bak. “La tensión por parte de los norcoreanos [fue] en aumento desde la toma de protesta del presidente Lee, ya que lo han acusado de traidor por tomar una postura desfavorable hacia los norcoreanos” (Lee, 2008, pp. 129 - 145). Dos pruebas durante el período conservador de Lee, una en mayo de 2009 y otra en febrero de 2013, justamente a unos días de terminar su periodo, el hundimiento del barco Cheonan y el bombardeo en la isla de Yeonpyeong retaron su dura política. No obstante, este periodo, coincidió con la llegada de Kim Jong Un, el nuevo líder norcoreano, que mediante dichas provocaciones “buscaba afianzar sus credenciales militares y el control político de ese sector” (Roldán, 2015, p. 241).

Estos sucesos despertaron el descontento y el sentimiento anti-norcoreano en la sociedad de Corea del Sur, pero también aumentó las críticas a la dura política del gobierno y su relación con Estados Unidos. Por otro lado, quienes estaban a favor de sus políticas inicialmente, consideraron insuficientes las declaraciones del presidente respecto a estos eventos, ya que los calificaron como suaves, totalmente contrarias a la propuesta inicial de cero tolerancia.

Para la República Popular China, mantener sus lazos con la República de Corea a pesar de los desencuentros con los norcoreanos era de vital importancia, ya que desde junio de 2008 buscaban mantener una “Asociación de Cooperación Estratégica” enfocada en la cooperación bilateral diplomática, económica y de seguridad, como un contrapeso a la alianza que estos mantenían con Estados Unidos (Konishi & Manyin, 2009, pp. 13 - 14). A grandes rasgos esta fue una medida que los chinos buscaron mantener, especialmente después de la llegada a la presidencia estadounidense de Barack Obama, quien tomó posesión en 2009, pues para ellos, su estrategia tenía la intención de “cercarla, limitarla o impedir su ascenso al rango de gran potencia” (Roldán, 2015, p. 224). Sin embargo por disputas en la declaración de Goryo como antigua provincia china, no se llegó a consolidar este lazo.

Otra preocupación mayor de los surcoreanos fueron los proyectos económicos que mantiene con Corea del Norte, el complejo vacacional del monte Kumgang, el complejo industrial o el tren intercoreano (Niksch, 2008, p. 11). Cualquier discrepancia o incluso amenaza de ataque con los norcoreanos genera conflictos de interés y la posibilidad de ruptura con estos negocios, un punto a considerar en la presión que los privados hacen de esta relación. La inversión por el complejo vacacional fue la más afectada, puesto que desde la muerte de un civil en 2008, fue cerrado indefinidamente a pesar de las constantes solicitudes de reapertura al gobierno surcoreano por parte de privados y del propio Corea del Norte. Para los inversores surcoreanos contar con mano de obra abundante y barata de los norcoreanos es primordial en esta relación comercial.

Conclusiones

En un esfuerzo por dar el siguiente paso en la consolidación de la República de Corea, el presidente Lee intentó generar políticas hacia su entorno que permitieran a los surcoreanos el reconocimiento regional e internacional. Los proyectos que fortalecieron la seguridad ambiental, al comprometerse a desarrollar una economía verde, el incremento en su poder suave a través del Hallyu, promover su participación en foros regionales, al sumarse en sus esfuerzos de seguridad del este asiático dentro del ASEAN, promover su imagen internacional, al ser sede del G-20 en 2010 o el Encuentro para la Energía Nuclear en marzo del 2012, y otras acciones de activismo parte de su propuesta Global Korea, como el desplegar cuerpos de paz o las iniciativas para la seguridad humana fueron grandes aciertos de su política exterior. Al promover esfuerzos multidireccionales, logró abarcar gran parte de los retos en los ámbitos de seguridad interna y estabilidad política, de reconocimiento internacional e incluso, algunos para la credibilidad regional.

Sin embargo, los contratiempos aparecieron al intentar llevar una política multidimensional. Aunque la intención del gobierno de Lee fue generar políticas enfocadas en la seguridad regional paralelas a la agenda tradicional norcoreana, en la realidad, su política fue limitada por las constantes amenazas norcoreanas y por la necesidad de afianzar la presencia estadounidense ante dichos chantajes. Al final, las acciones surcoreanas tuvieron que volver a concentrarse en Corea del Norte.

La política hardline del gabinete surcoreano hacia la República Popular Democrática de Corea, resultó en el incremento de provocaciones por los norcoreanos. La fallida visión 3000 no contempló la posibilidad de un vecino más hostil y renuente a renunciar al armamento. Y contrario a su propuesta inicial, para mantener la paz y evitar la confrontación directa, Lee Myung Bak solo realizó declaraciones públicas que reprobaban estos actos, y se valió en su relación con Estados Unidos.

La intención de un acercamiento estratégico con China y Japón, a través de una diplomacia asiática, fue una estrategia que Lee Myung Bak pensó que podría funcionar como un as bajo la manga. Tener de su lado a la potencia mundial y a las dos potencias regionales, le daría un mayor margen de negociación con Corea del Norte, mejor posicionamiento en el tablero e impulsaría mejores acuerdos regionales. No obstante, no sucedió de esta manera. Los conflictos territoriales y disputas históricas no permitieron llegar a un total acercamiento estratégico, derivado de la desconfianza entre las partes.

Otros dos elementos que contribuyeron al fracaso de la política exterior de Lee Myung Bak fueron: primero, la crisis económica que, desde principios de su mandato provocó que algunos proyectos tuvieran que ser aplazados, como la ambiciosa modernización de las fuerzas de defensa; segundo, el poco apoyo interno que recibió. El grupo más poderoso dentro de Corea del Sur, los Chaebols, al ver que sus inversiones en Corea del Norte corrían riesgo, presionaron al gobierno para evitar el confortamiento directo.

Las políticas de Lee Myung Bak ni siquiera llegaron a concretarse del todo, la reforma militar tuvo que ser pospuesta y no logró un acercamiento estratégico hacia los Estados Asiáticos, pero las acciones llevadas a la práctica, como condicionar la ayuda humanitaria o el acercamiento a Estados Unidos, fue suficiente para acrecentar la amenaza. Por lo tanto, es posible decir que, buscando una mayor seguridad a partir de una política multidireccional y pragmática, la amenaza norcoreana incrementó, con lo cual podemos sustentar la hipótesis de este trabajo de investigación.

Referencias

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Hablar de la relación entre México y la República Popular China (en adelante China), implica remembrar los esfuerzos que ambas naciones han celebrado desde 1972, cuando el entonces presidente mexicano Luis Echeverría Álvarez y su homólogo en China, el presidente Mao Zedong, decidieron sumar esfuerzos y formalizar las relaciones comerciales de estos países.

El vínculo ha sido fructífero. México, como muchos otros países, ha consolidado su comercio exterior, con un énfasis particular en China. Esto puede observarse por ejemplo a través de la balanza de pagos que muestra un resultado deficitario que evidentemente responde a la incesante actividad comercial con este país. Sin embargo, del otro lado, China presume un superávit frente a México. En este sentido, las lecciones no se hacen esperar, tal es el caso de Faure y Fang, quienes desde 2008 atribuían el superávit de China a las tazas de ahorro, el bajo nivel de consumismo y en general al autocontrol de la población China.

Por su parte México, en su lucha de diversificación de mercados, ha presentado un acercamiento a Asia, en donde la jugada se ha tornado en mucho comprar y poco vender. La bandera deficitaria para México corresponde a China, que lo convierte en su tercer socio comercial, solo debajo de Estados Unidos y Canadá.

Traducido en porcentajes, en 2019 las exportaciones de México hacia China fueron de un 1,85%, superado por Canadá con un 4,43% y Estados Unidos que típicamente tiene la delantera con un 75,1%. Por otro lado, la procedencia de las importaciones mexicanas tiene una correlación directa con Estados Unidos ocupando un 54,4%, mientras que China avanza al segundo lugar con un 14,4% del total, al que claramente se puede atribuir el déficit de la balanza de pagos de México con China (OEC, 2022).

Sobre el tintero hay buenas intenciones en la relación de estos dos países, ya que se prevé seguir fortaleciendo la comercialización y las inversiones. Adicional a esto, México debería observar y aprender del sistema de innovación de China con el objetivo de desarrollar el propio. Un buen punto de partida sería identificar la estructura de las estrategias de planeación que presenta China, que entre sus principales características destaca 1) planeación a largo plazo, y 2) continuidad en los planes y evaluación de las metas con sus respectivas consecuencias sobre el incumplimiento de las mismas. Otro aspecto a destacar es el énfasis de China sobre la inversión extranjera directa que propicia la transferencia y derrama tecnológica, y por supuesto el desarrollo de las ciencias, mientras que México continúa centrado en el sector manufacturero como eje principal en la industria.

Estos escenarios auguran para ambos países una prolongación de la relación bilateral, extendida ya no solo hacia temas de importación y exportación de productos y servicios además de las inversiones, sino que se extrapola hacia otros campos como lo es la diplomacia científica y académica, en donde se presagia un fortalecimiento entre instituciones educativas que sin duda fomentarán un acercamiento muy enriquecedor para ambos países.

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Faure, G. O., & Fang, T. (2008). Changing Chinese values: Keeping up with paradoxes. International business review, 17(2), 194-207.
Observatorio de Complejidad Económica (10 de marzo del 2022). México. https://oec.world/es/profile/country/mex?latestTrendsFlowSelectorNonSubnat=flow1

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Monday, 12 April 2021 00:00

Diversificación e Independencia

Desde el surgimiento del Estado Mexicano, por cuestiones de cercanía geográfica e inmediatez, se buscó tener relaciones políticas y económicas con los Estados Unidos e incluso se creyó que sería un amigo y aliado natural. La historia probaría la gran equivocación en la que los padres de la patria primero y, después, los jefes de Estado se encontrarían. Lo cierto es que la vecindad significa tener intereses que a veces son semejantes y, la mayor parte de las ocasiones, antagónicos.

En cualquier caso, el hecho es que en el 2020 el principal socio comercial de nuestro país fue Estados Unidos, seguido por China y en tercer lugar la Unión Europea.1 Si hablamos de la inversión extranjera directa (IED) en el mismo año, el resultado es el mismo con Estados Unidos a la cabeza, después España, Canadá y Alemania.2 Esta relación tan estrecha en términos económicos profundiza nuestra dependencia hacia los estadounidenses y la desigualdad en la compleja relación bilateral.

La vecindad de México con Estados Unidos no se puede cambiar, lo que si podemos hacer es buscar el equilibrio a través de nuestra posición geográfica estratégica y la diversificación. Los indicadores dan señales de que esto es posible, a nivel mundial fuimos el décimo quinto país receptor de IED en 20193, el onceavo exportador a nivel global y las exportaciones mexicanas en América Latina representaron el 43.6% del total de la región.4 Por si esto fuera poco, tenemos once tratados de libre comercio con 46 países, lo que otorga facilidades para que los productos mexicanos accedan a mercados internacionales, que en su totalidad significan el 60% del PIB mundial.5

Si en la época de la colonia, España comerciaba con Asia a través de sus dos principales colonias que fueron la Nueva España y Filipinas, ahora contamos con herramientas que facilitan el intercambio económico con todo el orbe. Además de los datos duros arriba presentados, los avances en tecnología y comunicaciones permiten desplazar los productos y servicios de una manera más rápida y eficiente, la interconectividad ayuda a que en cualquier rincón del planeta se conozca el potencial de México.

Lo que se necesita son políticas públicas que promuevan la exportación y apoyo a productores mexicanos de todo tipo. Cabe señalar que no sólo a empresarios mexicanos de gran calibre o productores agrícolas consolidados que ya exportan, sino a los medianos/pequeños productores y artistas -mal llamados artesanos- de una gama infinita de obras en madera, textiles, cuero, metal y cerámica.

También es necesario que desde la Secretaría de Relaciones Exteriores se promuevan los tratados comerciales ya existentes, que de igual manera que se promociona el turismo, se haga con el potencial que tiene este país.

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Notas

1 SRE, Mexico and the European Union. Disponible en: https://globalmx.sre.gob.mx/index.php/es/relaciones-economicas/comercio-bilateral

2 UNCTAD, World Investment Report 2020. Disponible en: https://unctad.org/system/files/official-document/wir2020_en.pdf

3 Ibídem

4 Proyectos México Oportunidades de Inversión. Disponible en: https://www.proyectosmexico.gob.mx/por-que-invertir-en-mexico/economia-solida/potencia-comercial/

5 Ibídem

 

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Desde el inicio del siglo XXI, el gobierno de la República Popular de China ha emprendido una serie de reformas con el objetivo de fortalecer a las distintas ramas que componen al Ejército Popular de Liberación, el brazo militar del Partido Comunista Chino que funge como las fuerzas armadas de ese país. Además de modernizar su armamento, invertir en el desarrollo de nuevos vehículos terrestres, marítimos y aéreos y reformar la estructura de las cinco ramas de servicio en las que se divide el Ejército Popular de Liberación1, en las últimas dos décadas se ha aumentado la capacidad de despliegue de las fuerzas armadas chinas tanto a nivel regional -en el este y sur de Asia- como alrededor del mundo.

La evidencia más clara de estos desarrollos se ha mostrado en el mar del Sur de China, en donde, desde inicios de la década de 2010, el gobierno de Beijing ha declarado que esta zona, históricamente, ha sido una bajo el control de su país.

El mar del Sur de China como un foco de tensión internacional

Además de que la situación en el mar del Sur de China ha enfrentado a la República Popular de China con sus vecinos en el sur y este de Asia2-quienes no están conformes con las acciones unilaterales que las fuerzas de Beijing realizan en esa zona-, el desarrollo de los islotes artificiales, la restricción a la libre navegación por este mar y las declaraciones de Beijing de que las incursiones extranjeras en esta zona podrían desencadenar un conflicto armado, es una situación que no ha pasado desapercibida para varios países fuera de la región. Mientras que en los últimos años de la segunda década del siglo XXI eran sólo los gobiernos de Estados Unidos y Australia los que reclamaban abiertamente el derecho de navegar estas aguas sin ninguna restricción, desde finales de 2020 otras potencias mundiales han declarado sus intenciones de actuar de forma directa en esta zona.

Ya sea a través de visitas de buena voluntad -como en el caso británico, quien anunció a finales de abril de 2021 que enviará a su nuevo portaaviones Queen Elizabeth en un recorrido alrededor del este y sur de Asia, lo cual implicará que dicha embarcación navegue por las aguas del mar del Sur de China-, una misión de reconocimiento en solitario -como lo propuesto por Alemania, cuyo Ministerio de Defensa declaró a finales de 2020 que enviaría una nave de su marina al este de Asia y posiblemente al mar de China Meridional- o con la realización de ejercicios navales conjuntos -como el planeado entre embarcaciones de la marina estadounidense, la armada francesa y las Fuerzas de Autodefensa Marítimas de Japón en y alrededor de una isla administrada por el gobierno de Tokio- muestran que la postura militar más activa de China y la complicada situación que ella ha provocado en los mares del sur de Asia poco a poco se está convirtiendo en un foco de tensión, ya no sólo de carácter regional sino a nivel mundial.

Análisis: ¿México es un país ajeno a esta situación?

Aunque el mar del Sur de China es una región geográficamente distante para nuestro país, las tensiones internacionales que están surgiendo en la zona no deben pasar desapercibidas para el gobierno mexicano. Estos problemas no sólo pueden generar un conflicto de carácter regional o internacional en Asia, sino que, en la búsqueda de aumentar la cooperación e interconexión con los países de la cuenca del Pacífico, embarcaciones y miembros de la Secretaría de Marina de México han participado en cuatro ocasiones en el ejercicio RIMPAC, organizado de forma bianual por Estados Unidos3, mostrando que la zona del Indo-Pacífico no sólo es una de interés para nuestro país, sino también ha servido para fortalecer a nuestras fuerzas armadas.

Lo problemático es que el tema de los conflictos en el mar del Sur de China es desconocido en México, pues nuestro gobierno, aprovechando la lejanía de esta región y el enfoque hacia Estados Unidos que nuestra política exterior ha manejado de forma tradicional, no ha emitido declaración alguna sobre esta situación, aunque ésta tiene la capacidad de desestabilizar una zona de gran importancia a nivel mundial.

La recomendación sería que tanto el gobierno mexicano como la Secretaría de Marina no ignoren los conflictos que se presentan en esta zona, no sólo para ayudar a fomentar dos de los principios normativos de nuestra política exterior -la solución pacífica de las controversias internacionales y la proscripción de las amenazas o el uso de la fuerza a nivel mundial-, sino, en el caso de nuestras fuerzas armadas, si buscan profundizar las buenas relaciones con sus contrapartes de la cuenca del Pacífico, no pueden ignorar este punto de tensión en el sur de Asia. No se propone que México intervenga de forma política o militar en este asunto, pero las instituciones de nuestro Estado no se pueden dar el lujo de ignorarlo.

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Notas

1 A inicios del siglo XXI existían sólo cuatro ramas de servicio de las fuerzas armadas chinas: las Fuerzas Terrestres del Ejército Popular de Liberación, la Armada del Ejército Popular de Liberación, la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación y el Segundo Cuerpo de Artillería, la sección encargada del mantenimiento y eventual despliegue del arsenal nuclear chino. En diciembre de 2015 la Comisión Central Militar estableció una nueva rama en el servicio, la cual actuaría en cuestiones cibernéticas y en un futuro, en el espacio exterior: Las Fuerzas de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación. Al mismo tiempo, la Comisión Central Militar reconfiguró al Segundo Cuerpo de Artillería, convirtiéndolo en la Fuerza de Misiles del Ejército Popular de Liberación.

2 Los países que tienen acceso -y por ende reclamos legítimos- al mar del Sur de China son Brunéi, Indonesia, Malasia, Filipinas, la República de China (Taiwán), la República Popular de China y Vietnam. Además del reclamo por controlar esta zona marítima, el gobierno de Beijing mantiene disputas territoriales con los gobiernos de Vietnam -por el caso de las islas Paracel-, Filipinas -por el atolón de Scarborough- y con los otros países con presencia en el mar de China Meridional (con excepción de Indonesia) por las islas Spratly.

3 Es importante establecer que México ha sido invitado a participar en las ediciones de 2012, 2014, 2016 y 2018. En cada uno de estos ejercicios la Armada de México envió embarcaciones de nuestro país para que sus tripulaciones formaran parte y colaboraran con sus contrapartes de alrededor del mundo. Éstas fueron la nave de desembarco Usumacinta (participando en todos los ejercicios) y la embarcación de patrullaje Oaxaca -con un helicóptero AS565 Panther y un destacamento de infantes de marina- en el ejercicio RIMPAC 2014.

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Referencias

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Commander, U.S. Pacific Fleet; RIMPAC; Commander, U.S. Pacific Fleet, Estados Unidos, 2020. Disponible en https://www.cpf.navy.mil/rimpac/

Commander, U.S. Pacific Fleet; RIMPAC 2014. Participating Forces; Commander, U.S. Pacific Fleet, Estados Unidos, 2014. Disponible en https://www.cpf.navy.mil/rimpac/2014/participants/

Hirano, Ko; Japan and U.S. to Boost Defense Ties with Europe in Indo-Pacific; publicado en The Japan Times el 05 de enero de 2021. Disponible en https://www.japantimes.co.jp/news/2021/01/05/national/japan-us-europe-indo-pacific/

Johnson, Jesse; U.S. Sends Two Carriers to Disputed South China Sea; publicado en The Japan Times el 09 de febrero de 2021. Disponible en https://www.japantimes.co.jp/news/2021/02/09/asia-pacific/south-china-sea-us-carriers/

Kyodo News; Britain to Send Aircraft Carrier Strike Group to Waters Near Japan; publicado en The Japan Times el 6 de diciembre de 2020. Disponible en https://www.japantimes.co.jp/news/2020/12/06/national/britain-aircraft-carrier-japan/

Kyodo News; FOCUS: Japan, U.S. to Boost Defense Ties with Europe in Indo-Pacific; Kyodo News, Japón, 2021. Disponible en la página https://english.kyodonews.net/news/2021/01/bd4c2ed88514-focus-japan-us-to-boost-defense-ties-with-europe-in-indo-pacific.html

Kyodo News; Japan Hails U.K. Plan to Send Aircraft Carrier Group to Asia; publicado en The Japan Times el 15 de enero de 2021. Disponible en https://www.japantimes.co.jp/news/2021/01/15/national/japan-britain-aircraft-carrier/

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Reuters; Queen Elizabeth Aircraft Carrier to Visit Japan on Maiden Deployment; publicado en The Japan Times el 27 de abril de 2021. Disponible en https://www.japantimes.co.jp/news/2021/04/27/national/hms-queen-elizabeth/

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